2ª Semana de Aislamiento.
Segunda semana en aislamiento. Aún sigo sin ver la televisión, aunque la información llega por numeriosos canales. Observo como la división interna se hace presente. Movimientos de personas que tratan de ponerle humor a lo que estamos viviendo banalizando cualquier situación y sacando su parte humorística, casi clown de lo que ocurre. Movimientos sociales, algunos a favor y otros en contra, de las medidas que se están adoptando en esta crisis. Solidaridad, voluntarios, donaciones, apoyo a la sanidad, etc.
El miedo se hace presente dividiendo. Los estados de ansiedad están apareciendo en muechas personas que acusan una falta de unidad interna, provocada por el miedo.
la información y la desinformación, la verdad y la mentira, gente exaltadas en las redes sociales anunciando el Apocalipsis, otros la oportunidad de cambio, otros con la crítica exacerbada ante los gobiernos. Otros con la aceptación sin filtro alguno. El cansancio empieza hacer mella y la rutina se hace tediosa, o faltan horas del día para hacer tantas cosas y llevar el teletrabajo. Los niños asediados con tareas del colegío, que más bien calma a sus profesores. Dramas vividos en 25 m2 o en 100, conflictos internos que saltan a lo externo. Dificultades que empiezan a parecer, nuevos términos, nuevas siglas como COVID19, ERTE, y otros vocablos nada tranquilizadores.
Una división interna provocada por estos estados separados, esas polaridades. El debate interno entre confiar, todo irá bien, o algo malo va a pasar. Aumenta el número de personas conocidas que fallecen. Un palacio de hielo, es habilitado como morgue. Los pacientes mueren solos, informan a sus familiares que lo hicieron sin dolor; no verán sus cenizas hasta dentro de otros 15 días.
Dramas de familias que están separadas por el aislamiento en diferentes casas y ciudades. El miedo acecha.
La división interna, se hace palpable en lo externo.
Movimientos de solidaridad a raudales, también de mezquindad, de no pensar en el colectivo sino en sus propios oblingos. El miedo sigue acechando.
Nuestro núcleo del SER, está rodeado por una capa de vulnerabilidad y otra, más externa de protección. Esta capa se esta debilitando por un virus que se llama Coronavirus.
Esta capa de protección la creamos a muy temprana edad para protegernos de los daños externos, de lo doloroso, y evitar que nos hicieran daño. Intenta que no síntamos daño o dolor. Pero esta situación, está atacando directamente nuestras defensas. En un primer momento, nuestro organismo responde desviando la energía a través de la acción, con numerosas actividades, como hemos visto, con los pensamientos, el drama, la comida, el sexo, el ejercicio (como la televisión) u otras que nos procuren un poco de anestesia ante el dolor o preocupación excesivas.
Dice Krishnananda que "una de las formas mas comunes de protegernos es adoptando um rol, una imagen propia", un carácter o personalidad.
Es la que empieza a salir a flote ahora, con fuerza. Cada persona esta haciendo un afrontamiento del miedo como mejor puede y con las herramientas que tiene a mano.
Desde la negación, la ignorancia, pasar por encima, desde la lucha, la contrafobia, la actividad, el drama, la preocupación, la astucia, la perspicacia, la desconfianza, el ponerse por encima, la prepotencia, etc... y la protección llama a protección. Una capa reactiva choca con otra capa reactiva, provocando desencuentros.
Debajo de esta capa, esta la capa del medio, que es una capa de Vulnerabilidad. Una zona temida por nosotros, ya que es el hogar de nuestro niño que fué herido y asustado. Esta vulnerabilidad mezclada con la desconfianza que estamos viviendo, produce miedo.
Nuestra confianza, por lo general fué muy dañada. No tuvimos modelos que nos transmitieron un apego seguro, y vivimos bajo la desprotección, o el temor a ser dañados y sobretodo, de no ser cuidados como esperábamos. Esto, esta llevando a muchas personas a estados regresivos, levantando la desconfianza o el miedo a sufrir abusos por parte de la autoridad, o no tenidos en cuenta en su dolor o temor.
En otros, la rebelión se pone de manifiesto y lo vemos día a día, gente saltándose las normas de confinamiento enfrentándose a las autoridades, contra la ley, contra el "padre", con quien no pudo hacerlo en su momento.
Una vulnerabilidad, que necesita de confianza para poder salir a la superficie. Esta confianza la estamos buscando fuera , como nó. Y esperamos en gran medida que nos la den nuestros gobernantes y, la sociedad en si. Y es ahí donde pienso que tenemos que ser conscientes: la sociedad la formamos nosotros mismos.
Quiero decir, que la confianza la tenemos que buscar en nosotros mismos.
Una vez mas, no podemos esperar que nos venga de fuera.
Ya venimos heridos, porque una vez fuimos separados, o no nos dieron la confianza y el amor que necesitamos.
Ahora estamos en una situación, donde el miedo esta provocando una separación interna. Confiamos o desconfiamos. Permanecemos en calma o nos alarmamos. Una polaridad que nos lleva a topar con la polaridad de la muerte y la vida
Esta es la gran polaridad que se esta poniendo de manifiesto en estos momentos. Ya empezamos a conocer a gente cercana que se esta muriendo por la pandemia de COVID19. Surge el miedo a que nuestro sistema sanitario no pueda sostener y cuidar de nosotros y de los nuesros, si enfermamos. Todo este miedo provocado por esta polaridad, hace que nuestro sistema interno este dividido.
Y es momento de UNIDAD. Hacia este objetivo tenemos que dirigir nuestros esfuerzos.
Nos toca poner la atención en esta capa media, dejar paso a la vulnerabilidad. Debajo está nuestra energía vital. Nuestra creatividad, nuestra fuerza, nuestra energía sexual, feliz, y sobretodo nuestra energía amorosa.
Precisamente, si podemos atravesarla, nos va a permitir llegar al núcleo interno de nuestro ser. Donde podemos encontrar la calma, la compasión, la salidad cretiva, la confianza y el no dejarnos arrasar por el miedo. Creo que ahí podemos entrar en contacto con la energía vital, la entrega y confianza en el no hacer (neorótico).
Es momento de poder compartirnos en esta capa media de vulnerabilidad, y que el miedo no produzca esta separación interna, que no solo nos separa de nosotros mismos, sino que tambiñen nos separa de los demás.
La vida y la muerte, andan de la mano por las calles de nuestras ciudades.
No sólo ahora porque estemos en esta situación, lo hacen siempre. Podemos pensar que en el fondo son la misma cosa, dos caras de la misma moneda.
Esto disminuiría el miedo. Pero no es fácil. El miedo puede hacer que una u otra ganen la partida. No existen soluciones mágicas. La división es un estado provocado por el miedo, y una salida consciente pasa por ir hacia la unidad de nuestro sistema interno, a través del amor y la compasión hacia nosotros mismos.
Puede ser un buen momento para practicar una mirada sin juicio, sin separación y compasiva. Esto implica dejar al descuvierto todo el material reprimido que nos hace sentirnos vulnerables, y nos permitirá tomar nuestra energía para afrontar esta difícil situación.
Poder darnos espacio y aceptación, nos lleva a sentirnos unidos internamente.
Con Todo mi Cariño
Ángel D. Saavedra Valdayo
Psicoterapeuta Gestalt y Psicologo Sanitario